viernes, 24 de agosto de 2012

Historia del Arte en Colombia




Autor: Arthenjo
Obra: Nudos
Año: 1995
Técnica: Ceramica Artística


















 Ceramica

La cerámica nace como la primera manifestación artística del hombre primitivo al plasmar una tosca figura sin hornear a finales del paleolítico y se va ampliando hasta considerarse el arte de hacer vasijas, esculturas, murales, revestimientos arquitectónicos, ladrillos, joyas, utilizando como materia prima la arcilla, la que una vez seca es sometida al proceso del fuego.

La cerámica como actividad productiva y artística de carácter universal y permanente surge en el Neolítico pero fue precedida por antecedentes que se remontan al Paleolítico Superior.

En el Paleolítico medio se iban desarrollando etapas anteriores a la cerámica tales como el uso de tierras de colores ocre o pigmentos para sepulturas; el adorno corporal; ciertas manchas uniformes sobre planchas de piedra; lo que indica ya una capacidad de percepción y goce con el uso de diversos colores.

En el Paleolítico superior ya la humanidad presentaba tres tipos raciales: el mongoloide, el negroide, y el europeo y en este periodo el hombre penetra a América por el estrecho de Bering.

Aparecen claramente delineadas tres grandes zonas de cultura desarrollada:

1 - China y las estepas hasta Siberia.

2 - Africa y litoral Mediterráneo.

3 - Europa.

En cada una de estas zonas tan alejadas entre sí, aparece afines del Paleolítico una cultura típica desarrollada.

Se empieza a encender y a utilizar el fuego y de ahí se deriva la cerámica.

B. En América :

El poblamiento de America se dio en el Paleolítico superior correspondiente a nuestra prehistoria al Paleoindio : eran cazadores y recolectores tempranos, en aquella época gran parte del continente estaba poblada por animales de gran tamaño. Los hombres que formaban bandas migratorias eran portadores de una cultura rudimentaria, estaban provistos de artefactos toscos de cuyo empleo eficaz dependía en gran parte su sobrevivencia.

En los últimos tiempos ha adquirido más aceptación la teoría de que los orígenes de las culturas más avanzadas de América se encuentran en el noreste de Suramérica para ser más exactos en las tierras tropicales colombianas al oeste de la cordillera oriental y en la región costanera del Ecuador.

CERAMICA PRECOLOMBINA

Escultura Tairona.

Las regiones mas importantes en cuanto a manifestaciones alfareras precolombinas fueron : Taironas , Sinú , Nariño , Tierradentro , Quimbaya , Tolima , San Agustín , Tamalameque , Río de la Miel , Tumaco , Muisca y Guane.

La alfarería de estas diferentes culturas esta unida por elementos comunes tales como:

1- Es de tipo ritual , ceremonial , utilitario y estético.

  Se dan representaciones totémicas tales como : búhos , caimanes ,

serpientes , micos y lagartijas .

  La técnica utilizada generalmente es la espiral con claro simbolismo lunar y

agrícola.

  Los yacimientos de barro se encuentran protegidos por un guardián celoso

al cual hay que tributar obsequios para que permita sacar la arcilla.

  En las viviendas se colocaban recipientes cerámicos agujereados para

atraer la fertilidad. Todo recipiente se consideraba un útero.

  Las cerámicas grabadas narran en sus dibujos leyendas referentes al

tiempo originario , a la vida cotidiana , a la fauna y a las creencias.

  Las figuras femeninas son cultos a la tierra que produce frutos y a la diosa

que los simboliza.

  Cerámica utilizada en rituales funerarios , ya sea enterrando al difunto en las

urnas funerarias o dentro de su ajuar incluían formas cerámicas.

  Los colores utilizados en la pintura de la cerámica fueron : negro , rojo ,

crema , café , marfil y ocre ; de simbolismo ritual.

  Con excepción de la cultura Muisca que fue la primera en industrializar la

cerámica con las gachas utilizadas en la comercialización de la sal ; las

otras culturas fabricaron su cerámica para uso utilitario y ritual.

  En la mayoría de nuestras cerámicas precolombinas encontramos vasijas

con trípode cuyo significado es cósmico : el cielo , la tierra y el mundo

subterráneo.

2. EL PUEBLO DE LOS OLLEROS MUISCAS

Ceramica Muisca.


En la parte central del territorio, la denominada región Andina Central, se desarrolló la cultura de los indígenas Muisca.

La mayor densidad de población ocupaba las altiplanicies de Bogotá, Nemocón, Ubaté, Chiquinquirá, Tunja y Sogamoso, situadas en los actuales departamentos de Cundinamarca y Boyacá, aunque es probable que, en un comienzo, ocuparan también las vertientes templadas que los circundan.








Ceramica precolombina de Colombia


La Cerámica precolombina hace referencia a los trabajos realizados con arcilla por los habitantes nativos de América antes de la llegada de los Españoles. Los nativos amerindios expresaron sus creencias, deidades y costumbres mediante la cerámica que se ha encontrado en excavaciones en areas que fueron habitadas por dichas comunidades. En Colombia existen mas de 10 expresiones de acuerdo con sus areas geograficas y podemos mencionar las culturas: tairona, Sinu, Tamalameque, Muisca, Calima, Quimbaya, Tumaco, Nariño, Corinto, San Agustin , Tierra Adentro, etc. Los originales se encuentran en los Museos de Oro, Nacional y de Arqueologia.

CERAMICA CULTURA TIERRADENTRO

Existe concordancia general entre la cerámica de San Agustín y la de Tierradentro. En la cerámica doméstica, predominaban los cuencos y platos sencillos, las vasijas sin asas y las copas. Se define como típica la forma de la vasija trípode, de patas altas, diseñadas específicamente para colocar entre ellas la leña para la cocción de los alimentos. En cuanto a la decoración, también hay similitud, con predominio de engobes, incisión, escisión y empaste en blanco, con diseños geométricos, simples de líneas, zigzag, triángulos y rombos, y con escasos ejemplos de pintura, modelado y aplicación.

La cerámica denominada ceremonial, debido a su mayor y mejor decoración y a la colocación en las tumbas e hipogeos, se relaciona, en cuanto a la forma, con recipientes en forma de calabazos y, principalmente, las urnas funerarias. Estas urnas se fabricaron con arcilla amasada con trozos diminutos de cuarzo y mica, para evitar el resquebrajamiento de la vasija en el momento de la cocción, la cual se hacia al aire libre y con leña como combustible. A los hipogeos pequeños y sencillos corresponden urnas sin decoración; en los grandes hipogeos totalmente pintados, las urnas funerarias están colocadas sobre bases de piedra, unas en forma cilíndrica y otras semejantes a pequeños bancos de tres patas.
Los motivos mas comúnmente representados en la decoración de urnas son, la serpiente, la lagartija, el cien pies y la figura humana. Esta, la figura humana, es menos corriente y se halla a veces, en forma muy semejante a la de las caras gigantescas talladas en la parte alta de las columnas y pilastras de los hipogeos. También hay figuras míticas, mezcla de hombre y animal.

Otros artefactos de cerámica encontrados en las tumbas son pequeñas ollas que debieron usarse para comida ritual, cuencos en los cuales se ponía resina o grasa para la iluminación de esos recintos, y recipientes ceremoniales de fino acabado, llamados alcazarras, que representan aves, mamíferos y frutas.

Cultura tumaco
La cerámica de esta cultura evidencia muchos ejemplos de costumbres, religión, vestuario adornos, fisionomía en fin todo sobre las etnias que durante centurias poblaron el litoral Pacífico. Conviene tener presente que los aretes, narigueras, adornos, balacas y pectorales. La cerámica se empleaba en la fabricación de utensilios de uso cotidiano, pero también para piezas de uso ritual y para la escultura. A través de estas piezas es posible conocer diversas costumbres de los pueblos que portaron esta cultura.

«La excelencia de la cerámica y la orfebrería de La Tolita ha propiciado que sea la cultura más conocida y que la literatura científica sobre Esmeraldas sea, sin duda, la más nutrida sobre el Ecuador precolombino, pero, desgraciadamente, se puede afirmar que gran parte de ella es desconocida o pasa inadvertida en el Ecuador por haber sido escrita en un alto porcentaje por autores extranjeros» «La Tolita es el sitio en que por primera vez en la historia de la humanidad se trabajó en platino, cuando el mismo precioso metal se lo comienza a utilizar en Europa apenas en el siglo XVIII. Hábiles lapidarios trabajaban piedras preciosas o semipreciosas como la esmeralda, el cuarzo, el ágata y la turquesa, para engastarlas en joyas de oro y plata»
Diego Martínez Celis rupestreweb@yahoo.com
Resumen: Sutatausa posee uno de los conjuntos de patrimonio cultural más ricos y desconocidos del departamento. Allí se conjugan vestigios de la época precolombina, la Conquista y la Colonia. Numerosas rocas con arte rupestre, un excepcional conjunto doctrinero y una antigua tradición cultural en torno a los tejidos, dejan entrever un transfondo cultural, cargado de sincretismo, que evidencia la complejidad del “encuentro de dos mundos”, como suele llamarse al proceso de invasión europea en América. De esta manera se articulan diversos aspectos históricos y culturales para intentar dotar de significado el inmenso corpus de arte rupestre de la región que, pese a su evidente presencia en el paisaje, aún sigue sin ofrecer interlocución en el diálogo con las comunidades, condición necesaria para promover su valoración y la necesidad de preservarlo para futuras generaciones.

Aproximación Historiográfica al Arte Colonial en Colombia –primera parte-

Virgen de Chiquinquira.Cundinamarca, Colombia.
 
Introducción

El influjo de las prácticas españolas trasladadas a las tierras conquistadas y transformadas en colonia, trajo consigo la adaptación de diversas expresiones materiales y actividades diarias expresadas en la arquitectura, la gastronomía, la moda, y la más importante de todas, la religión. Esta última sirvió para adoctrinar y subyugar esas almas bárbaras expresadas en la población indígena, apareciendo la iconografía como un elemento de importancia para llegar con mensajes visuales a esos fieles por medio lienzos y retablos donde se representaba a Jesucristo, la Virgen María, los Santos de la iglesia católica, Crucifijos, además de otros símbolos del sincretismo cultural. En algunos casos los auspiciadores de estos cuadros –es decir los patrocinadores de la pintura-, que hacían parte de la alta clase social colonial, entraban en la posteridad al ser ubicados al lado de santo. Lo presentado fundó toda una línea artística y estilística que si tenía como origen el viejo mundo, nuestras regiones aportaron una característica en las llamadas escuelas o talleres, es por eso que en tierras del nuevo mundo tuvimos la Escuela Quiteña, la Escuela Cusqueña, y la Escuela Neogranadina de la cual derivaron la Escuela de Tunja –taller boyacense-, la Escuela de Santafé –taller santafereño-, la Escuela de Popayán y finalmente la Escuela de Santafé de Antioquia (Fajardo, 1980, p.75).
Bibliografía

-Arbeláez Camacho Carlos (1969), Notas Sobre el Arte Hispanoamericano, Publicación Colegio Máximo de las Academias de Colombia, Imprenta Patriótica Instituto Caro y Cuervo, Bogotá.
-Fajardo de Rueda Marta (1999), El Arte Colonial Neogranadino a la Luz del Estudio Iconográfico e Iconológico, Convenio Andrés Bello, Santafé de Bogotá, Colombia.

  Siglo XlX  arte
Ramón Torres Méndez.
Vendedoras de Papas. Litografía

La configuración actual de Colombia se dio durante el siglo XIX, que fue un siglo de contradicciones, y enfrentamientos de tipo ideológico, político y social, por eso es necesario que a partir los aportes de diferentes teóricos se pueda contextualizar el escenario de nuestro país en el siglo XIX
La independencia llevó a los artistas a realizar una pintura histórica y materializada que le daba forma a la patria. En ellas las figuras eran desproporcionadas y en ocasiones alejadas de la realidad, pero con elementos destacados como los rostros y los ornamentos militares.

Pintura : Entre los artistas más representativos del siglo pasado se habló de José María Espinosa (colombiano), quien fue el único para quien el Libertador Simón Bolívar posó para un retrato, pues en aquellos días se desconfiaba de la habilidad de los pintores criollos. Su arte transformó la imagen de los dirigentes políticos, tanto que sus obras después de terminadas se mandaban a

Francia para ser retocadas.. 

Tomado de:
Revista Credencial Historia.
(Bogotá - Colombia).
Edición 205
Enero de 2007


El arte del siglo XX


" Bachué" Luis Alberto Acuña

Está unido al avance industrial, a la modernización de la sociedad y al expansionismo. Acontecimientos que durante los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX le dieron al mundo la posibilidad de intercambiar ideas, imaginarios, imágenes y tendencias. El arte entra, en efecto, en este juego de conocimientos y reconocimientos, de avances y de comprensión de lo que existía por fuera de los límites de cada nación.
Los inicios del siglo XX no trajeron sólo la proliferación del interés por el arte, trajeron el fortalecimiento de la industria y la tecnología, resultado de la Revolución Industrial. Esos cambios dieron origen a transformaciones a nivel social, cultural, económico y político e iniciaron una de los más poderosas reformas sociales, el nacimiento de la cultura burguesa. Una cultura que gestó la revolución social y política de la industrialización, del capitalismo, que se evidenció en innovaciones esenciales para la ciencia y para el arte en todas sus expresiones.

 

El nuevo siglo concentrará sus propuestas en las ciudades y dejará la mirada al campo en otro renglón. Las ciudades se transforman en núcleos difusores de estilos y tendencias, de entendimiento de lo que está sucediendo dentro y fuera de cada país. Es en los escenarios del arte del siglo XX donde se crean, discuten y analizan todos los procesos sociales, entre ellos el arte.
Colombia no es la excepción. Desde finales del siglo XIX el país estaba pasando por un auge artístico; ciudades como Bogotá y Medellín albergaban a los artistas que se habían consagrado durante el siglo anterior y que le estaban facilitando las herramientas a las nuevas generaciones.
Pintores y escultores de la escuela clásica se dedicaban a imprimir en sus obras la majestuosidad que las élites del país querían reflejar. Efecto retratista que siguió hasta las dos primeras décadas del siglo XX, en gran parte producto de las influencias que tuvieron sobre esta fase artistas como Ricardo Bernal, Francisco A. Cano, Epifanio Garay, Pantaleón Mendoza, Inés Acevedo y Blanca Sinisterra, quienes desde las ultimas décadas del siglo XIX se dedicaron a llevar las riendas del trabajo artístico en el país. Trabajo que se vio plasmado en la constitución de las dos escuelas de Bellas Artes más importantes ubicadas en Medellín y Bogota; que se caracterizaron por su tradición académica ligada al retratismo, el arte religioso y el paisajismo.
Para ese momento el mundo vivía el florecimiento de nuevas tendencias artísticas. Cubismo, Expresionismo, Futurismo, Dadaísmo, desarrollados antes de la Primera Guerra Mundial, y el Surrealismo, instaurado tras la Segunda Guerra Mundial, dieron las bases para el universo artístico del resto del siglo XX. Todos los artistas tenían que conocer las técnicas, y para estar a la vanguardia, apropiarlas a sus contextos culturales. Colombia no sufrió, a ese respecto, un transcurso particular.
Germán Rubiano Caballero La modernidad incipiente.

Ya existe consenso sobre el comienzo del arte moderno en Colombia con los artistas-pintores y escultores de la generación naciona­lista. No es fácil decir en pocas palabras, qué es arte moderno; sin embargo, el arte del siglo XX tiene varias características que se remontan a comienzos de la centuria: el interés por estu­diar las manifestaciones artísticas primitivas, principalmente de Africa y Oceanía y todas aquellas expresiones auténticas del hombre, ajenas a cualquier estética convencional; la búsqueda del poder de comunicación de la música, es decir, la creación de pinturas y esculturas que transmitan directamente, como la músi­ca, emociones y sentimientos; la eliminación del cubo escénico y de los valores táctiles y el énfasis en la superficie del lienzo, en el que sólo se sugieren el espacio y el volumen por la inte­racción de las áreas de color; la afirmación de que las formas simples, irreductibles y válidas exclusivamente por sí solas son más honradas que las complejas, simbólicas o muy ornamentadas; el deseo de recoger la atmósfera y la imaginería del mundo de los sueños y la inclinación a prácticas automáticas; el empleo de procedimientos como el "collage", el ensamblaje y las construc­ciones escultóricas levantadas con piezas o partes hechas por el artista o buscadas o encontradas ya listas; la definición de la escultura por el concepto del espacio y el descubrimiento y la utilización de elementos realmente cinéticos y el uso de nuevos materiales como los plásticos, o de elementos naturales para hacer diversas propuestas tridimensionales, etc. ... los primeros modernistas del país -con Andrés de Santamaría como antecedente más temprano- y los conti­nuadores de la avanzada modernista en América Latina.

De los colombianos nacionalistas, merecen destacarse la enorme producción de frescos, óleos, acuarelas y esculturas de Pedro Nel Gómez, en la que abundan temas como las mitologías populares, las mineras o barequeras, las maternidades y la violencia; los óleos y las acuarelas de Débora Arango -plenamente reivindicada después de su retrospectiva de 1984- en los que aborda algunos temas sociales y políticos que nadie en el país había presentado con tanta crudeza: figuras y escenas prostibularias, maternidades grotescas, monjas caricaturescas y retratos muy distorsionados de políticos conocidos; las tallas en madera de Ramón Barba con personajes del pueblo y los bronces y las tallas en piedra de Rómulo Rozo en los que se exalta la raza indígena.

Años 50
Edgar Negret, Escultor

 En efecto, la simple revisión de los artistas más significativos de los cin­cuenta impide cualquier clasificación homogénea. Algunos pinto­res llegan a la abstracción, pero otros siguen siendo figurati­vos. Entre los últimos, el nombre más prominente es el de Fernan­do Botero, quien ha practicado hasta hoy una pintura, dibujo y una escultura de personajes y objetos caracterizados por su rotundez, en los que pueden rastrearse influencias, no sólo del mejor arte de los grandes maestros, sino también de la pintura del período colonial y de las cerámicas y esculturas precolombi­nas. Guillermo Wiedemann Pintor quien tras una hermosa pintura figurativa consagrada al paisaje del trópico y a la raza negra, se orientó a una abstracción expresionista y experimental. y Eduardo Ramírez Villamizar, cuya pintura abstracta geométrica, desde 1951 hasta sus primeros relieves de 1959, no sólo anticipa el rigor de su excelente evolución escultórica posterior, sino el predominio del racionalismo en las mejores pinturas abstractas de los artistas más recientes.  Desde sus primeras esculturas en yeso de mediados de los cuarenta, la obra de Edgar Negret divide en dos el panorama escultórico nacional   Durante los años sesenta se produce el cambio de equilibrio entre los artistas abstractos y los figurativos. Los 50  Si a comienzos del decenio muchos jóvenes practican el expresionismo abstracto, años 60 en Colombia, el proceso de reaparición del arte figurativo es, en breve síntesis, el siguiente: "Violencia" de Obregón -Primer Premio del Salón Nacional de 1962- un óleo en el que aparece una mujer embarazada y asesinada en la línea del horizonte de un paisaje desolado,Santiago Cárdenas es el más importante artista del grupo de los muy receptivos a las influencias internacionales. Los escultores colombianos de los sesenta son básicamente abs­tractos.

A lo largo de esos años, Negret y Ramírez Villamizar -cuya primera obra exenta data de 1963-A partir de 1963 existe el Museo de Arte Moderno de Bogotá, gra­cias al empeño de Marta Traba. Esta institución cumplió durante los sesenta una importante labor didáctica, con exposiciones, conferencias, La capital del país también cuenta para el arte contemporáneo con el Museo de Arte de la Universidad Nacional y con el Museo del barrio El Minuto de Dios. Cali, Medellín, Cartagena y Bucaramanga también tienen museos especializados en el arte del siglo XX.
 Tal como sucedió en el arte internacional, Colombia tuvo en los años setenta un arte sin movimientos predominantes. Además, puede afirmarse que en ese panorama variadísimo de tendencias no hubo novedades o verdaderos aportes.
Las obras de Darío Morales, Alfredo Gue­rrero, Miguel Angel Rojas y Mariana Varela, entre otros, o en el interés por el arte conceptual que fue más propio de los últimos setenta y de los primeros ochenta.
Desde los primeros setenta Antonio Caro debe considerarse un precursor del arte conceptual, cuya irrupción en el arte interna­cional data de la segunda parte de los sesenta.

La pintura también tuvo artistas nuevos dedicados a lo no figura­tivo; ellos fueron: Samuel Montealegre, Manolo Vellojín, Ana Mercedes Hoyos, Alvaro Marín y Margarita Gutiérrez, entre otros. Hubo artistas cercanos a la abstracción que no dejaron de pensar en la naturaleza (Edgar Silva y Hernando del Villar) y, por su­puesto, muchos pintores figurativos: paisajistas como Antonio Barrera y María Cristina Cortés; interioristas como Cecilia Delgado y artistas de objetos varios y personajes humanos como Heriberto Cogollo, Francisco Rocca, Alicia Viteri, Diego Mazuera y Mónica Meira.
Principiando los ochenta, se dio el "boom" aparente del concep­tualismo. Alvaro Barrios.

Nota bibliográfica
Autor: Arthenjo
Obra: Cuatro lineas del universo
Técnica: Dibujo,Tinta china, intervención digital.
Año: 2009-2012.

 BARNEY CABRERA, Eugenio, Temas para la Historia del Arte en Colombia. Divulgación cultural, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1970.
Reunión de artículos sobre varios aspectos del arte nacional, en especial del siglo XIX. Termina con las buenas monografías sobre Andrés de Santamaría y Alejandro Obregón.
GIRALDO JARAMILLO, Gabriel, La pintura en Colombia. Fondo de Cultura Económica, México, 1948.
Primer intento de revisión completa de la historia de la pintura colombiana, desde el período colonial hasta los contemporáneos -en el momento los artistas del nacionalismo-.
RUBIANO CABALLERO, Germán, Escultura colombiana del siglo XX.
 Fondo Cultural Cafetero, Bogotá, 1983.
Trabajo casi exhaustivo de la actividad escultórica nacional, desde los maestros académicos hasta nuevos artistas que realizan obras experimentales muchas veces al margen de los conceptos tradicionales de la escultura.

MEDINA, Alvaro, Procesos del Arte en Colombia. Colcultura, Bogotá, 1978.

Importante reunión de artículos que tiene que ver con diversos temas del arte colombiano, desde fines del siglo XIX y con las trayectorias de algunos artistas contemporáneos sobresalientes, desde Alejandro Obregón hasta el dibujante Oscar Muñoz. Incluye también una recopilación de artículos de críticos de fines del siglo pasado y primera parte del siglo XX.

TRABA, Martha, Historia abierta del arte colombiano. Museo La Tertulia, Cali, 1974.
Investigación conceptuosa y deliberadamente parcial del arte nacional, desde Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos. Incluye información sobre la cerámica y los textiles de nuestros días.

VARIOS, Historias del arte colombiano. Salvat Editores Colombia­na, S. A., Bogotá, 1977.
Panorama didáctico y profusamente ilustrado del arte del país, desde la época precolombina. En el último capítulo se destaca la importancia de las artes gráficas y de la fotografía.

VARIOS, Arte colombiano del siglo XX. Centro Colombo Americano, Bogotá, 1980-1982.
Artículos varios de seis exposiciones que revisaron el arte del país desde finales del siglo pasado hasta comienzos del decenio de los ochenta. Cada catálogo anexa textos críticos de cada una de las épocas exhibidas.

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